lunes, 16 de febrero de 2015

Cabeza

El sueño por aquella falta,
por el odio a uno mismo
por la destreza que describo
por la cuerda que aguanta.
Y aunque intente desatar
aquel nudo
la trenza que se ha formado
simboliza el cruel apuro
del desnudo
de la simbiosis oligárquica
de ambas partes de un cerebro.
De esa micción permanente
que no para de soltar arte,
repentino arte,
vulgar arte: Arte estúpido.
No tiene sentido estricto,
debes atizar el duro amarre
que tu mismo hiciste.
No te detengas nunca en ese intento
infinito
de querer distinguir ambos hemisferios,
erudito; maldito -Sé que va en serio-
Aguanta como estás:
 Manténlo.
No te obsesiones en querer cambiar
no aguardes el cambio de rojo a ámbar
que te permita echar marcha atrás
y reproducir esos hechos
que te vieron, te formaron
y te forman.
Déjalos como están o harás
que el semáforo de tu cerebro
vuelva a colorarse una vez más,
y otra y otra y otra vez más...
hasta que no tenga más energía
con la que encender la bugía
que te hace vivir, sentir i ser.
Ser la persona que nace y muere,
pero de esa especial especie
que entremedio vive
por siempre.

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